miércoles, 11 de junio de 2008

Fuimos nuevos ricos

Siempre me ha traído de cabeza como determinan el origen social, los lugares donde se ha vivido y la gente con la que uno ha ido tropezando para crear ese punto de vista desde el que uno ve la vida. Pero como influye todo esto en la visión económica del mundo por encima de la propia situación financiera me despierta una gran curiosidad.

De adolescente una cosa que me hacía pensar que la posición familiar debía de ser buena era que siempre teníamos y habíamos tenido muebles a la moda. Producto, en parte, de que con nuestros cambios frecuentes de casa, estos se deterioraban. Sin embargo parecía que no nos entristecía en exceso.

Un día, ayudando en una reparación a domicilio de un equipo de música me quedé embelesado con una mesa de color oscuro, gran tamaño y nobles formas. El dueño de la casa, un hombre mayor con cierto aire de prosapia, me preguntó si me gustaba.

Dije que sí pero, no se porque, hice el comentario económico de que aquella mesa valdría más que todos los muebles de mi casa juntos.

El señor aquél me dijo que su mesa era más barata que la de mi salón, pues había sido de su abuelo, a él no le había costado nada y seguramente su hijo la heredaría con lo cual seguiría abaratándose relativamente, mientras que no era difícil prever que mis padres cambiarían de muebles varias veces más en su vida.

Cuando andaba por la veintena, viajando por Europa, no dejaban de sorprenderme las clases populares de estos países vecinos ricos, con esas casas llenas hasta el agobio de figuritas, juguetes a medio usar, cuadritos comprados en mercadillos por docenas, un perrito que llevaban a la peluquería y docenas de jaboncillos en el aseo que nunca se utilizarían. Cuanta tontería comparando con el estilo de vida austero de España.

Años más tarde me volvió a sorprender, esta vez en España y también por la manera de tratar el dinero, una gran familia de cuatro generaciones y aproximadamente doscientos miembros, con buenas economías.

Era curioso, a mis ojos, que siendo ricos no tenían costumbre de dar pagas a los niños y jóvenes; los que andaban por los diez años y aun menores hacían pequeños servicios o pequeños trabajos en que se pactaban los precios, los mayores buscaban ocupaciones acordes con sus estudios, fortaleza física o habilidades y que acababan reconociéndose por todos. Los que destacaban como estudiantes en cualquier materia sacaban buenos emolumentos dando repaso o simplemente mejorando el nivel de aquellos que les requerían.

Vivo en una zona del mediterráneo donde desde hace casi cuarenta años se vive con holgura. Con el tiempo hemos llegado las clases populares autóctonas a un poder adquisitivo comparativo al que tenía la familia que he retratado, pero una mayoría se ha dedicado a tratar el dinero como si fuera maná, mientras un porcentaje pequeño, pero constante, ha hecho del mal agüero su mantra desde un principio.

Los agoreros han visto pasar a Fortuna, que como todo el mundo debería saber lleva flequillo pero se afeita por detrás, y ni la han agarrado ni la van a agarrar por los pelos.

Los del maná han vivido cuarenta años de alegría continua con algún altibajo ( que les quiten lo bailao) pero los bancos han sabido como exprimirles de golpe, con alguna hipoteca, lo que a los ahorradores llevan chupándoles lentamente toda su vida.

Y yo me pregunto si cuando tuvimos dinero en vez de llenar de figuritas y bagatelas nuestras casas como las clases populares que he comentado no pudimos enseñar a nuestros hijos que es el dinero y para que sirve como la familia de cuatro generaciones.

Porque de todos los casos que he expuesto saco la conclusión del primer parrafo que no depende nuestra visión económica de cuanto tengamos sino, mas bien, de cómo nos han enseñado a tratar el dinero en nuestro entorno, del punto de vista, con respecto a él, que llevamos dentro

Yo de momento contaré mis ahorros y patrimonio en cervezas. ¿Cuántas cervezas pude haber tomado con ese dinero cuando lo gane y cuantas puedo tomar ahora con lo que se ha convertido?

Si ganos cervezas o pierdo pocas, puedo darme por satisfecho, y soy de una minoría. Si por el contrario tengo más dinero pero el equivalente en cervezas ha disminuido drásticamente? Tendré el consuelo de los tontos: ser muchos.

No importa que aquel millón de pesetas sean ahora 12000€ sino que entonces eran diez mil cervezas y ahora son seis mil en el mismo bar. Entonces me han robado cuatro mil cervezas.

Abalorios, muebles baratos, figuritas y memeces varias (cuberterías, vajillas) nos daba la banca mientras se bebía nuestras cervezas y a los derrochadores les veo cincuenta años sin cerveza por culpa de la hipoteca.

La banca gana……

lunes, 9 de junio de 2008

Experiencias de presidente comunidad de vecinos


Hace dos años me tocó la presidencia de la escalera y, dada mi buena disposición, los vecinos me encargaron la reducción de gastos.

Es una comunidad muy pequeña de tan solo cinco viviendas y dos locales comerciales.

La gestión, cuando recibí el testigo, la llevaba una administradora de la que, es una obviedad, no éramos los únicos clientes. El precio era 300€/año y de ello podemos extraer que las horas dedicadas a nuestros problemas tampoco eran muchas. De otro lado, simplificar demasiado lo que entonces parecía un embrollo de recibos atrasados, derramas, pagos dinero en mano a la señora de la limpieza, etc., les hubiera hecho prescindibles. Pero intentar administrar por nuestra cuenta nos espantaba a los no iniciados.

Así que empezamos por cosas sencillas y ver como deshacernos de aquello de lo que no se hacía uso: Un grifo con un contador y un teléfono de ascensor, de los que las compañías nos cobraban unos 80€ y 130 € al año aproximadamente.

El grifo se anuló y enseguida se buscaron varias soluciones. ¡Las había! El teléfono no se pudo quitar pero se buscó otra compañía que cobraba menos de la mitad, de unos 16€ a 7€.

Seguimos buscando el ahorro con la emisión de recibos, entonces de unos 2€ por cada uno. Fue darse una vuelta por las entidades bancarias cercanas hasta conseguir una caja que, además de informatizarnos con acceso a programar coste y fecha de las emisiones, nos resultaba un 75% más barata.

Se buscó en la siguiente presidencia que los locales comerciales pagaran a cambio de nuestra permisividad con sus luminosos y otras incomodidades menores. Cosas por las que valía más una remuneración que una discusión.

Se hizo un cálculo estimado de coste anual y se sacó el precio del recibo.

Se decidió que, dado que los recibos de pago a proveedores eran domiciliados a la caja y los de cobro emitidos por ella ,no había otra faena que vigilar cinco minutos al mes la cartilla y la limpieza de la escalera; para lo cual no se necesitaba la administradora a la que agradecimos los servicios prestados..

BENEFICIOS:

De cuatro a seis reuniones imprescindibles en el año 2006 se ha pasado a una para cambiar de presidente y exponer las cuatro cosas que pueden salir en una finca nueva.

El ahorro no ha sido excesivo, de unos 300€ al año más los casi 400€ de los comercios, pero la tranquilidad y el buen rollo merecía la pena.

sábado, 7 de junio de 2008

El Euribor del escorpión

¿Como acaba el cuento del escorpión y la rana?
Después de la lacónica respuesta del asesino, "No puedo evitarlo, es mi naturaleza", todos nos cuentan como ambos animales van al fondo del río.
Hoy empezamos a ver que en economía los escorpiones se mantienen con el aguijón por bandera sobre el hinchadísimo cadáver de una rana que sigue flotando, solamente, para beneficio del arácnido.
Empiezo a sentir hablar de conjuras, que supongo judeo-masónicas y centroeuropeas; no olvidando que hace meses oí que nuestro endeudamiento era, por encadenamiento, con entidades de Alemania y Francia paises más proclives al ahorro.

Pero hay dos cosas de la hipoteca al uso dignas de repensar:
Una, que firmas un contrato de pagos con total ignorancia de lo que vas a pagar (creo que a día de hoy esto no es: ni profético, ni para que se rían si lo sueltas por ahí).
El equivalente sería firmar los contratos de trabajo según un baremo inventado que estableciera la patronal, basándose en un factor que lleva desde hace siglos creciendo hasta que tengan el suficiente número de primos con los huevos en la cesta para que el tal índice lo puedan hacer negativo aquellos que lo inventaron (esto si es profético y nos podemos reír porque, con lo listos que somos, no pasará nunca).
La otra cosa que da que pensar en la conjura es que el BCE lleva unos cuantos meses si subir el precio del dinero pero el Euribor se ha puesto por las nubes.
Y es que en este caso si que se puede aplicar la idea del panadero único en el pueblo (o de un gremio de panaderos bien avenidos como el de la banca) al que no te queda más remedio que comprar el pan.
Un gremio al que has firmado que durante cincuenta años le vas a comprar sin garantia de precio.

Pero por si tu sangre y tu sudor no fueran suficientes, hace medio año hablando sobre la baja tasa de morosidad española se comentaba que se debía a la solidaridad intrafamiliar mediterránea, es decir: "Echarle una mano a los niños que con la cosa de tener un hogar que salía por un pico, metieron los dos coches, la boda fantasía y varios viajes en la hipoteca".
O sea que se van a quedar con el dinero de todo tu trabajo, el de tu padre y el de tu abuelo.

Aquellos que solo quieren un piso para vivir dignamente solo podemos estar con ellos como con las victimas de cualquier catástrofe o ¿alguien cree que esto no lo es?

Y como víctimas no habrá solo entre los obreros que algún ajeno también, no es por dividir más a los conservadores de este país, pero a la hora de andar echando culpas que piensen por un momento que entre las muchas familias conservadoras hay dos a las que siempre nos hará gracia ver juntas: la de los que quieren conservar el fruto de su trabajo, iniciativas, luchas, etc. Y la de los puritos conservadores de sus rapiñas.

Por último expresar que aunque sin paranoias lo de la conjura no es ninguna tontería, aunque no en un oscuro despacho de Holanda entre dos lúgubres banqueros sino a plena luz y sin mudar el gesto. Pues no olvidemos que:

¡ES SU NATURALEZA!