jueves, 28 de agosto de 2008

El insulto

Cuando más o menos todos vamos a ser víctimas de la desmesurada avaricia de unos pocos,
nos llega la especie de que ellos, los bancos, van a padecer un poquito en toda esta crisis.
La gente, si vemos un rico con claros síntomas de embriaguez, decimos que está mareado, si es un pobre que es un desgraciado borracho.
Tengo conocidos que están temblando porque su hipoteca les está minando la economía; duermen mal porque su empresa está en situación precaria y si cerrara no tendrían que preocuparse de una economía minada porque no habría economía. Encima andan cabizbajos pensando que les pueden tachar de lelos o lo que es peor: que pueden sacar en internet que se han tenido que prostituir para pagar la hipoteca y no tirar los ahorros de toda tu vida en un embargo.
Pues si señor, somos un montón de lelos e inconscientes.
Pero si un timador se volviera avaricioso, nos hiciera creer que podía volar, pagáramos una entrada carísima para ver como se tira del campanario de la iglesia y luego se parte la crisma después de un vuelo orgásmico contando los euros que nos ha timado, no creo que pensáramos que estaba mareado ni que era lelo e inconsciente. Pensaríamos que era( y aquí es donde se pone el insulto)

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