miércoles, 1 de octubre de 2008

ECONOMÍA

Como bien queda expuesto en casi todos los comentarios que he escrito en este blog mi cometido, con su creación, no fue otro que el de obligarme a aprender algo sobre ECONOMÍA, aunque haya asimismo un segundo propósito: probar esa sensación de vulnerabilidad que da escribir donde todo el mundo puede leer.
Después de casi dos meses mirando con más ahínco que de costumbre otros blogs sobre el tema y todos los comentarios que alcanzo derivados de la actual situación de crisis, me ha parecido lógico exponer la opinión que me he ido formando sobre aquello que actualmente la gente llama ECONOMÍA.
Tratando de que el discurso sea inteligible, lo primero que se me ocurre es hacer una definición de lo que a la mayoría de los economistas y otros que intentamos ser más o menos versados entendemos por ECONOMÍA.
Y así, parece ser éste una especie de arte superlativo de la ludopatía. ¿Qué son sino la bolsa, los valores, las compras de futuros y todos esos brokers con sus sistemas infalibles para hacer saltar la banca o, como poco, arañar unas migajas en este casino de las finanzas?
Una ludopatía que, como actores, nos es ajena a la mayoría, pero cuyas consecuencias padecemos todos.
Sin embargo para el resto de los mortales ECONOMÍA no es esto.
Etimológicamente parece que la palabra deja poco lugar a las dudas (administración de la casa).....¡Gracias Quique!
Creo firmemente que esa definición cuadra con la opinión que, por la educación recibida, tengo de esta ciencia. Es decir: aquella que trata de cómo repartir los recursos tanto entre las distintas personas a quienes supuestamente corresponden, como una vez determinadas éstas, hacerlo en el tiempo.
Esto se puede complicar con el tema del dinero, que es un invento extrañamente engañoso en si mismo desde el momento en que siempre se habla de él como si tuviera un valor real, cuando lo cierto es que solamente lo tiene si va unido a otro: el tiempo.
Decir un euro no es decir nada absolutamente, si no sabemos si es de enero del 2002 o de marzo del 2008.
Hay valores que pueden hacernos sonreír pero, sin embargo, analizados fríamente son mucho más fiables. Propongo, por ejemplo, poner como moneda de curso legal el menú sidrería.
Si le damos a un banco para que nos guarde vales por mil menús sidrería y al querer retirarlos al cabo de tres años nos dice que nos quedan novecientos, tendremos más claro como actúan estas entidades. Es lo que nos está pasando continuamente y nos parece de lo más normal. No quiero intereses, les dejo que hagan con mi capital lo que quieran, especulen, pónganlo a producir, pero devuélvanme íntegros mis vales.
Una parte importante del concepto económico es el ahorro. El ser humano trabaja en las épocas favorables más de lo que necesita, guardando una parte para cuando las condiciones sean adversas. Cortamos leña durante el resto del año para el invierno, hacemos conserva e igualmente, ahorramos para imprevistos y para mejorar nuestra vejez.
Una vez los hijos independizados muchas familias empiezan a ahorrar. Empiezan a privarse de un viaje a Benidorm, setecientas cervezas, una serie de prendas de vestir, un frigorífico no-frost, veinte menús sidrería y varías visitas a la peluquería. Al cabo de un año han ingresado todo esto en un banco que les ofrece un interés.
¿Qué tendrán dentro de quince años? ¿Más?, ¿menos?, ¿igual? Imposible determinarlo. Luego estamos ante otra lotería, incierta como todas pero con esa fachada de seriedad que siempre cubre lo que hace mal olor.
Nos quitamos un plato de comida, cada día, durante el año bueno para guardarlo para el que venga malo. Dejamos a una entidad esos platos sin saber que será lo que nos retornará después de sacar beneficio de ello. ¿???????
Yo tampoco conozco otro sistema; en esto somos como niños nacidos en una prisión.
Por otro lado, rápidamente, a algunos se nos ocurre que el sol sale para todos y que si perdemos el fruto de nuestro esfuerzo, por culpa de ludópatas con mejor método o de aquellos que juegan con las cartas marcadas, ¿por qué no subirnos al carro?
Así algunos nos interesamos por sistemas más fiables que otros en las timbas de los bonos, valores, futuros, etc. Y como el dinero de estas timbas ni se crea ni se destruye nos comemos el sudor, la salud y el pan de los hijos de alguien sin ningún remordimiento. Porque:¡Ya sabía donde se metía!
Y de ahí, pasamos a especular. No vamos a meternos en el tema de actualidad de quien ha sido el gran tahúr que ha sacado provecho en esta partida de póquer amañada en la que están pagando las consecuencias hasta los estados. Sino en el hecho personal de que hasta aquellos que han comprado bienes por necesidad lo hayan hecho con espíritu especulador.
Parece la cosa más tonta del mundo que alguien piense en el valor de su casa, que con tanto esfuerzo pagará durante la mayor parte de su vida, como en una inversión. Así h emoscambiado el chip de, con diez años de alquiler me pago el piso y a partir de ahí vivo sin pagar al casero, por el de hoy me cuesta veinte pero de aquí tres años valdrá treinta.
¿Qué es? ¿Qué retrocederemos tres años en alguna máquina del tiempo, nos compraremos otra vez el piso y nos quedaremos el resto?
Pero con esto lo que se consigue es que tú te consideres también a ti mismo un especulador, un listo y por lo tanto al que te está timando no le saques del saloon de una patada, sino que te sientas identificado con él y sea tu héroe. Apaleado pero contento. ¡Gilipollas!

Retomemos el camino de la verdadera ECONOMÍA.
Porque en los blogs que visito, a veces, alguien asoma, puntualmente, para dar una opinión sobre ella; entonces habla del esfuerzo de levantar la empresa, de la ilusión por la faena bien hecha. Dos conceptos de Perogrullo pero que por obvios deberían ser continuos temas a tratar, analizar, polemizar. Para explicar como rentabilizarlos como conducirlos por la senda óptima.
Pero esas opiniones que contienen esas palabras (esfuerzo, ilusión) rápidamente quedan ocultas en el océano de las cifras y de los comentarios de la ruleta económica de los ludópatas.
Sino, ¿como se entiende que en los foros sobre ECONOMÍA no se esté permanentemente hablando de los oficios o carreras con más demanda, de que lugares dan cursos gratuitos de ampliación de conocimientos, o de la idoneidad y valor real de cada una de las enseñanzas que se imparten pública o privadamente para el ejercicio de las futuras profesiones?
Igualmente ¿Por qué no salen continuamente comparativas de cestas de la compra en las distintas cadenas de supermercados?
Por lo mismo, porque eso necesita de esfuerzo e ilusión, dos conceptos poco validos en el mundo del inglés en 1.000 palabras o en 3 semanas en Londres.
Y el tema de la cocina de temporada, un tema durante siglos básico en la ECONOMÍA. ¿Por qué no tiene cabida hoy en día en esos mismos foros?
Se me ocurren otros temas ligados a la verdadera administración de la casa, del entorno.
Por ejemplo: es muy difícil escuchar a economistas polemizar sobre la salud, con un sistema de la misma basado no tanto en la conservación de ésta como en la explotación de la enfermedad. Mirado fríamente esto produce un triple coste: personal, laboral y de recursos. Esto podía ser un tema de continua denuncia económica.
O la sostenibilidad. Parece una elucubración de ecologistas y a veces se nombra puntualmente. Pero durante siglos los aprovechamientos controlados de los recursos naturales han diferenciado las economías prósperas de aquellas donde la anarquía y el abuso han conducido a sus sociedades a la ruina.
Todo lo dicho es archisabido, pero por lo que parece, ajeno a lo que hoy las masas dinerarias controladas por los ludópatas entienden por ECONOMÍA.
Como persona soy consciente de que una educación contra más completa, en el sentido renacentista del término, sea más me ayuda a rentabilizar mi esfuerzo, tanto en bienes, como disfrute y finalmente felicidad subjetiva (que es la que vale ¿no?).

Para terminar no voy a negar que la suerte sea un factor determinante en la ECONOMÍA de cualquiera. Pero con igual porcentaje de ésta, y aunque todos somos esclavos del Euribor, creo firmemente que nos salvaremos más en la medida que, y lo digo sobre todo para los jóvenes que aún están a tiempo, nos dediquemos a la verdadera ECONOMÍA y menos a los cantos de sirena de los casinos de los grandes tahúres de la falsa ECONOMÍA.

Mi consejo:
Esfuerzo para hacer lo que nos motiva y no intentar timar ni dejar que nos timen, elegir un sistema de medida del trabajo alejado del dinero (menús sidrería, estaría bien). Y contra más sitios del mundo haya en que si cayéramos desnudos no tendríamos problemas para salir adelante, mejor educados estaremos para enfrentarnos a la vida. Intentar tener pocas necesidades y de calidad. ¡Cubrirlas!

Y esto es lo que se me ocurre sobre la ECONOMÍA

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