domingo, 19 de octubre de 2008

Manzanas


Estas manzanas que veis aquí son de una variedad que llaman "morro de vaca".
Aunque más bien debería de decir llamaban por la dificultad de encontrarlas en huertos en producción.
Desde el último artículo me he tropezado dos veces con la misma realidad de la desaparición o casi desaparición de especies autóctonas de plantas para el consumo.
Ayer nos fue imposible conseguir que me dieran referencias de un cebollino tierno hasta no hace tanto muy extendido en el norte de España y que quería plantar un conocido.
Se ha hablado mucho de lo que representa la pérdida de potencial genético que viene dado de reducir tan increíblemente el número de variedades de cualquier especie vegetal o animal. Más aún cuando se están esperando cambios en el clima que producirán, se supone ( así ha sido siempre ), un cuello de botella por el que pasarán con éxito solo un porcentaje de cada especie.
Convendría por tanto tener abundante material genético para asegurar un riesgo menor de hambruna.
Los bancos de semillas son un gran logro pero, a mi entender, adaptan las especies a unas determinadas condiciones que pueden no ser las que se den realmente. El hombre puede establecer muchas variables posibles, pero la naturaleza no tiene limite a la hora de crear entornos.
Vienen a cuento, en un blog que pretende ser de economía, porque el estar reduciendo este material genético seguramente beneficia económicamente a alguien, pero supongo que en la misma medida que, pongamos por ejemplo, un hecho delictivo común; es decir en detrimento de la mayoría.


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